viernes, 24 de enero de 2020

El bollo de la discordia

Seguro que conocéis el juicio de Paris. Y si no, os pongo en antecedentes: todo ocurrió en la boda de Tetis y Peleo. Un acontecimiento de tal magnitud que fueron invitados tanto mortales con dioses, pero Éride, o Eris,  diosa de la discordia, no fue invitada para evitar que algo saliera mal. Bastante ofendida, obvió tal invitación, allí que se presentó ella toda digna, con una manzana de oro cuya inscripción rezaba "para la más bella" y  la depositó sobre la mesa dispuesta para los dioses. Atenea, Afrodita y Hera pasaron a disputarse dicha manzana y todos sabemos cómo acabó aquello...el pobre mortal Paris, hijo del rey de Troya, tubo la difícil elección. Esta no gustó y desencadenó  la Guerra de Troya.



Esto que hoy nos acontece no ha desencadenado ninguna guerra, pero siempre será la eterna disputa entre Ramón y yo. Mona o Toña. Los que nos conocéis, de sobra sabéis de dicha contienda. Incluso tuvimos que recurrir a nuestro Paris particular: el diccionario. Aún así no llegamos a acuerdo, ninguno da su brazo a torcer y no podría ser de otro modo ya que los dos tenemos razón y todo es por la riqueza de nuestra lengua y los sinónimos que la conforman. Además de Toña o Mona, también le llaman Panquemao o Fogaseta. Realmente la diferencia radica en la zona de procedencia. Si vives en la Vega Baja del Segura, para ti es Mona; si vives por l'Alacantí, Toña; si eres de Elx, Fogaseta; y Panquemao, realmente no lo sé, pero imagino que cualquier lugar del levante español.
Particularmente son muy fan de este bollo. Tiene un ligero parecido al roscón, pero no es exactamente igual. La Toña (me vais a disculpar pero yo lo llamaré así) tiene la particularidad de ser tan, tan, esponjosa que es como dar un bocado a una nube. Y aquí os dejo la receta

Toña, Mona, Fogaseta o Panquemao  (por ser políticamente correcta)
(salen 6 bollos pequeños o 2 grandes)

Ingredientes:
-150 ml de leche tibia
- 20 gr de levadura fresca de panadero
- 500 gr de harina de fuerza
- 100 gr de azúcar y algo más para espolvorear
- 4 huevos ( 3 para la masa y 1 para pintar)
- ralladura de 1 naranja y/o 1 limón (opcional)
- 1cta de agua de azahar (opcional) o quizás un poco mas
- 50 ml de aceite de oliva suave
- 5 gr de sal

Elaboración:

Calentamos un poco la leche y desmenuzamos la levadura. Esta debe estar a unos 30°C más o menos.



En un bol grande ponemos la harina, la sal,  el azúcar, las ralladuras de naranja y limón (yo solo le he puesto limón) y el agua de  azahar.





Añadimos los 3 huevos ligeramente batidos y el aceite. Mezclamos bien con una espátula o cuchara de madera.





Agregamos la leche y mezclamos bien hasta integrarlo bien.






Cubrimos el bol y lo dejamos reposar unos 30 minutos.



Pasado este tiempo comenzamos a amasar.
Si habéis utilizado una amasadora, es el momento de ponerle el gancho.



Si lo hacéis a mano...muuuuuucha paciencia porque es una masa muy pegajosa. Tiene una gran cantidad de gluten y cuesta conseguir la textura adecuada.
Yo empecé a mano y desistí. No quise añadir más harina para que no quedara  dura en exceso y preferí pasar al amasado con  máquina.



Aquí podéis ver en el vídeo cómo se pega.



En un principio estará bastante pegajosa. Debemos amasar hasta conseguir que deje de pegarse, sin necesidad de añadir harina. Yo he tardado 25 minutos, pero esto es orientativo, puede ser un poco menos o más, incluso.




Pasado este tiempo, engrasamos un bol  y depositamos nuestra masa. Cubrimos y dejamos reposar entre 2 y 4 horas.



Yo lo he dejado 4 horas.

Una vez haya subido, enharinamos un poco la mesa de trabajo y colocamos la masa. La trabajamos un poco y la dividimos en 6, en 2 y podemos hacer 1 grande y 3 pequeñas, o 2 grandes... Esto es a gusto de consumidor.
Yo haré 1 grande y 3 pequeñas, en esta ocasión.








Una vez formadas nuestras toñas las depositamos en sendas bandejas , previamente cubiertas con papel de horno, las pintamos con el huevo que nos sobraba y las cubrimos con un film untado en aceite.





Las dejamos reposar un par de horas a  temperatura ambiente y sin corrientes. O bien lo metemos a la nevera y lo dejamos toda la noche. Una la dejaré en la nevera para desayunar mañana y las otras las hornearé esta noche.

Mientras subren voy a aprovechar y a leer una novela que me ha regalado hoy mismo su propio autor, Ismael Valencia, en una visita a la ferretería donde trabajo. No se lo dije, pero una de las cosas que más aprecio en la vida es que me regalen un libro, sea de lo que sea.

Pasadas 2 horas de puro deleite,  encendemos el horno con calor arriba y abajo a 200°C. Esperamos unos minutos a que se caliente y antes de introducir nuestra bandeja, pintamos de nuevo con huevo y espolvoreamos con azúcar.




Lo introducimos al horno, bajamos la temperatura a 180°C y horneamos unos 20 minutos.

Cuando estén bien dorados, los sacamos del horno y los ponemos sobre una rejilla hasta que se enfríe





Si podéis resistir la tentación, esperad a que se enfríe, pero si no podéis como yo, pues...
¡A zampar!


 Aquí se puede apreciar esos agujeritos propios del levado. Si he de ser sincera, le falta un poco más de sabor. Quizás en una próxima ocasión le añada un poco más de agua de azahar y ralladura de limón, pero en cuanto a textura se refiere, están perfectas.





Nombres tiene muchos, calidades también y si queréis probar una impresionante y estáis por mi pueblo, tenéis que ir a la Panadería Varó. Hacen las mejor toñas que he probado (y las he probado de muchos lugares).

Va por ti, Ramón

Hasta el próximo dulce y ...

Bon profit!

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