Esto que hoy nos acontece no ha desencadenado ninguna guerra, pero siempre será la eterna disputa entre Ramón y yo. Mona o Toña. Los que nos conocéis, de sobra sabéis de dicha contienda. Incluso tuvimos que recurrir a nuestro Paris particular: el diccionario. Aún así no llegamos a acuerdo, ninguno da su brazo a torcer y no podría ser de otro modo ya que los dos tenemos razón y todo es por la riqueza de nuestra lengua y los sinónimos que la conforman. Además de Toña o Mona, también le llaman Panquemao o Fogaseta. Realmente la diferencia radica en la zona de procedencia. Si vives en la Vega Baja del Segura, para ti es Mona; si vives por l'Alacantí, Toña; si eres de Elx, Fogaseta; y Panquemao, realmente no lo sé, pero imagino que cualquier lugar del levante español.
Particularmente son muy fan de este bollo. Tiene un ligero parecido al roscón, pero no es exactamente igual. La Toña (me vais a disculpar pero yo lo llamaré así) tiene la particularidad de ser tan, tan, esponjosa que es como dar un bocado a una nube. Y aquí os dejo la receta
Toña, Mona, Fogaseta o Panquemao (por ser políticamente correcta)
(salen 6 bollos pequeños o 2 grandes)
Ingredientes:
-150 ml de leche tibia
- 20 gr de levadura fresca de panadero
- 500 gr de harina de fuerza
- 100 gr de azúcar y algo más para espolvorear
- 4 huevos ( 3 para la masa y 1 para pintar)
- ralladura de 1 naranja y/o 1 limón (opcional)
- 1cta de agua de azahar (opcional) o quizás un poco mas
- 50 ml de aceite de oliva suave
- 5 gr de sal
Elaboración:
Calentamos un poco la leche y desmenuzamos la levadura. Esta debe estar a unos 30°C más o menos.
En un bol grande ponemos la harina, la sal, el azúcar, las ralladuras de naranja y limón (yo solo le he puesto limón) y el agua de azahar.
Añadimos los 3 huevos ligeramente batidos y el aceite. Mezclamos bien con una espátula o cuchara de madera.
Agregamos la leche y mezclamos bien hasta integrarlo bien.
Cubrimos el bol y lo dejamos reposar unos 30 minutos.
Pasado este tiempo comenzamos a amasar.
Si habéis utilizado una amasadora, es el momento de ponerle el gancho.
Si lo hacéis a mano...muuuuuucha paciencia porque es una masa muy pegajosa. Tiene una gran cantidad de gluten y cuesta conseguir la textura adecuada.
Yo empecé a mano y desistí. No quise añadir más harina para que no quedara dura en exceso y preferí pasar al amasado con máquina.
Aquí podéis ver en el vídeo cómo se pega.
En un principio estará bastante pegajosa. Debemos amasar hasta conseguir que deje de pegarse, sin necesidad de añadir harina. Yo he tardado 25 minutos, pero esto es orientativo, puede ser un poco menos o más, incluso.
Pasado este tiempo, engrasamos un bol y depositamos nuestra masa. Cubrimos y dejamos reposar entre 2 y 4 horas.
Yo lo he dejado 4 horas.
Una vez haya subido, enharinamos un poco la mesa de trabajo y colocamos la masa. La trabajamos un poco y la dividimos en 6, en 2 y podemos hacer 1 grande y 3 pequeñas, o 2 grandes... Esto es a gusto de consumidor.
Yo haré 1 grande y 3 pequeñas, en esta ocasión.
Una vez formadas nuestras toñas las depositamos en sendas bandejas , previamente cubiertas con papel de horno, las pintamos con el huevo que nos sobraba y las cubrimos con un film untado en aceite.
Las dejamos reposar un par de horas a temperatura ambiente y sin corrientes. O bien lo metemos a la nevera y lo dejamos toda la noche. Una la dejaré en la nevera para desayunar mañana y las otras las hornearé esta noche.
Mientras subren voy a aprovechar y a leer una novela que me ha regalado hoy mismo su propio autor, Ismael Valencia, en una visita a la ferretería donde trabajo. No se lo dije, pero una de las cosas que más aprecio en la vida es que me regalen un libro, sea de lo que sea.
Pasadas 2 horas de puro deleite, encendemos el horno con calor arriba y abajo a 200°C. Esperamos unos minutos a que se caliente y antes de introducir nuestra bandeja, pintamos de nuevo con huevo y espolvoreamos con azúcar.
Lo introducimos al horno, bajamos la temperatura a 180°C y horneamos unos 20 minutos.
Cuando estén bien dorados, los sacamos del horno y los ponemos sobre una rejilla hasta que se enfríe
Si podéis resistir la tentación, esperad a que se enfríe, pero si no podéis como yo, pues...
¡A zampar!
Nombres tiene muchos, calidades también y si queréis probar una impresionante y estáis por mi pueblo, tenéis que ir a la Panadería Varó. Hacen las mejor toñas que he probado (y las he probado de muchos lugares).
Va por ti, Ramón
Hasta el próximo dulce y ...
Bon profit!