Aunque el helado lo podemos encontrar en cualquier momento del año, es ahora cuando más lo valoramos.
Atrás quedaron los años en que sólo podíamos disfrutar de él en verano. Estábamos deseando que llegara la Semana Santa para que abrieran las heladerías, y con ellas estos pedacitos de felicidad que podías degustar en tarrina, en barquillo o en vaso.
De entre los helados de barquillo (si, barquillo, soy una golosa, qué le voy a hacer), el que más me gusta es el de pistacho, pero entre los granizados, no me puedo decidir. Depende del momento, aunque casi siempre pido horchata de chufa ( la de almendras también está muy buena)
Que me perdonen las horchatas envasadas en brick, o aquellas concentradas que tienes que mezclar con agua, pero la mejor del mundo es esa que sólo puedes encontrar en la heladería. Tan granizada, tan fresquita, con ese sabor tan, tan intenso ......qué bo!!!
Sabores de helado hay un sin fin; tantos como tu mente pueda imaginar. Cada año crean nuevos (creo que hay incluso hay de paella), pero yo me quedo con los sabores de siempre: pistacho (of course), chocolate, turrón, fresa, limón, mantecado y tutti-frutti.
Qué fácil era pedir un helado cuando la carta de sabores se limitaba a 8 o 10. Ahora tienes que ir media hora antes para decidir cuál escoger. O, si tienes suerte, hay cola, y te da tiempo a pensártelo.
De momento, y sin pensarlo dos veces me apetece una horchata, y ¿qué mejor que unos fartons que es el maridaje perfecto?
FARTONS caseros
(salen unos 20 o 24)
Necesitas: Un bol, un rodillo, papel vegetal y un pincel de repostería
Ingredientes:
- 500gr de harina de fuerza
- 150gr de azúcar
- 120gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 50gr de levadura prensada (la de panadero, que decimos)
- 50ml de agua tibia
- 3 huevos M
Para el glaseado: azúcar glass y un poquito de agua.
Elaboración:
Deshacemos la levadura en el agua tibia.
En un bol ponemos la harina, tamizada y hacemos un hueco en el centro. Añadimos los huevos,
la mantequilla,
el azúcar y la sal,
y amasamos bien.
Añadimos la levadura y amasamos hasta integrar todos los ingredientes.
Trabajamos la masa sobre una superficie enharinada. Si es necesario añadir agua, o harina. Como la masa me ha quedado un poco pegajosa, le he añadido una poco más de harina, y en vista que no conseguía que no se pegara, le he puesto un poco de aceite de oliva.
Formamos una bola y la ponemos en un bol, la tapamos con un paño y la dejamos en un lugar cálido y libre de corrientes de aire, para que duplique su tamaño.
Una vez la masa haya alcanzado el volumen deseado, hacemos bolitas de unos 45 a 50 gr y con un rodillo las extendemos. Deben tener unos 20 cm de largo.
Enrollamos la masa formando un cilindro y la dejamos sobre una bandeja de horno ( cubierta con papel vegetal).
Dejad un poco de separación entre cada farton, pues crecen y se pueden pegar unos a otros. Cubrimos con un paño y los dejamos crecer un poco (unos 10 minutos).
Mientras esto ocurre, precalentamos el horno a 180º
Una vez hayan duplicado el volumen, los cocemos en la parte central del horno, durante 10 o 12 minutos. Si os gustan más doraditos, los podéis dejar un poco más.
Los sacamos del horno y los dejamos enfriar, aunque se pueden glasear, todavía, tibios.
Para preparar el glaseado, solo tenéis que poner un bol bastante azúcar glass y un poquito de agua. Debe quedar muy, muy espeso, con la textura de la pasta de dientes. Si se queda muy duro, añadir agua; si queda muy líquido, añadir más azúcar. (Es lo que hay).
Con un pincel los pintamos con el glaseado
Y ya están listos para devorar!!!!!
La horchata y los fartons son el tándem perfecto.
Y son la merienda perfecta para las calurosas tardes de verano.
Haced estos fartons y ya me contareis. Seguro que se acabó el comprarlos envasados.
Los que tengáis vacaciones, disfrutadlas, y los que no, como yo....pues disfrutad igualmente del verano, que con estos días tan largos se puede aprovechar para hacer mil cosas.
A todos los adolescentes os aconsejo que leais un libro que, en su momento, me encantó y me hizo pasar un verano muy entretenido: Tot l´estiu per davant.
A los más mayorcitos os recomiendo El último Catón, de Matilde Asensi.
Por cierto, el blog ha cumplido 1 año. Cómo ha pasado el tiempo. Muchas, muchas, muchísimas gracias por seguir al pie del cañón!!!!!!
Hasta el próximo dulce y...
Bon profit!