martes, 17 de marzo de 2020

Un San Patricio muy especial

Pero no por bueno. Por diferente, por raro, por atípico. Un San Patricio que no será celebrado en Dublín, que no se celebrará en los pubs porque están cerrados.

Este año 2020 será recordado por todos y pasará a formar parte de los libros de historia.

Pese a los raros días que estamos viviendo todos, no hemos de dejar de sonreír y pensar que pronto pasará. Hagamos esto más llevadero y celebremos nuestro San Patricio particular (aunque sea algún día después, la cuestión es celebrarlo). Para ello os propongo una receta riquísima de estofado irlandés con Guinness,  que he compartido en mi blog de cervezas: https://elmundoencervezas.blogspot
Pero como este es un blog de repostería hoy vamos a hacer un pan para acompañar el estofado, dicho sea de paso, vale para cualquier ocasión porque está riquísimo y en un pis-pás está hecho.

Además, siempre me es grato hacer alguna receta que me recuerde el maravilloso viaje que hicimos en coche por Irlanda.

Cliffs of Moher

Pan de soda irlandés

Ingredientes:

- 410 ml de leche entera
- 10 ml de zumo de limón
- 1 huevo L
- 515 gr de harina de todo uso
- 40 gr de azúcar
- 70 gr de mantequilla fría en daditos
- 1 cta de sal
- 1 cta de bicarbonato
- 150 gr de pasas (opcional)

Elaboración:

Preparamos un "buttermilk". Esto es poner en un recipiente la leche y el limón y lo dejamos reposar 10 minutos.



Precalentamos el horno a 200°C con calor por abajo.
Hay dos opciones. La primera es hornear como hogaza y para ello cubrimos una bandeja de horno con papel vegetal. Y la segunda hornear en un molde. Para ello forramos un molde rectangular, tipo plum cake, de unos 24 x 12 cm aproximadamente.
Podemos usar un molde de silicona en su lugar, tal cual: sin forrar ni engrasar.

Empezamos.
Ponemos en un bol la harina tamizada, el bicarbonato y la sal y mezclamos un poco.


Añadimos la mantequilla en daditos y mezclamos con las puntas de los dedos.


Mezclamos hasta que se integre bien.


Añadimos el huevo batido al al buttermilk y lo mezclamos.


Lo añadimos a la mezcla anterior y mezclamos a mano o con una espátula. Debe resultar una mezcla muy pringosa.
Aquí podéis hacer dos cosas.
Bien añadir más harina y trabajar la masa como una masa dura y hacer una hogaza o bien dejar la masa pringosa y verterla directamente sobre el molde.







Si la vais a trabajar como una hogaza, necesitaréis añadir un poco más de harina a la masa y hacer algún que otro pliegue.
Una vez conseguida la textura adecuada, dejamos de amasar.
Si os gustan las pasas,  abrid la masa como si fuera un libro, plegado y amasad hasta integrarlas, si no os gustan, obviamos este paso.
Boleamos, dándole un poco de tensión a la masa y colocamos sobre un papel de horno.





Con un cuchillo bien hacemos un corte en forma de cruz. Esto es muy característico en este pan. Además ayuda a que se cueza bien por dentro.


Introducimos en el horno y cocemos durante 30 minutos. Ponemos calor arriba y abajo y cocemos 15 minutos más.
Con un palito podéis comprobar si sale sucio. De ser así horneamos hasta que salga limpio. Si veis que falta bastante cocción y está muy dorado, cubrimos con un papel de aluminio para evitar que se queme.
Sacamos del horno y enfriamos sobre una rejilla.





Esta es la otra forma de hacerlo, con molde. Como es muy pegajosa, para poder extender bien la masa y que quede bien plana, nos mojamos las manos con agua y como por arte de magia, la masa no se pega y se puede alisar.

Aquí podéis ver que lleva pasas la mitad del pan. Para ello lo que hice fue: una vez los ingredientes bien integrados, puse la mitad de la masa en el molde desde el centro hacia hacia un lado; añadí 75 gr de pasas al bol y mezclé hasta integrarlas. Puse la masa del centro hacia el otro extremo. Me humedecí las manos para alisarla.

La forma de cocción es idéntica a la anterior.


De las dos formas, me quedo con la segunda. Me gusta mucho más la textura y el sabor. Al llevar menos harina queda mucho más jugosa.
Es muy rápido de hacer. En una hora tendréis un pan riquísimo.

Hay muchas otras versiones, no dulces, del pan de soda. Pero hoy he querido compartir este.
Probadlo, no os defraudará.

El acompañamiento ideal para este pan es cualquier cosa. Tanto para desayunar, como para acompañar el riquísimo estofado de Guinness.



Que acabéis de pasar bien el día de San Patricio.
Nosotros lo celebraremos encerrados en casa (como se aconseja hacerlo en estos días) con una buena Guinness.

Hasta el próximo dulce y...
Bon profit!

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