lunes, 23 de diciembre de 2019

Del cerdo... hasta los andares

Está claro que es un tópico, una frase hecha, pero también una verdad como un templo, por cierto, otra frase hecha.
Del cerdo se aprovecha todo. Podría enumerar cada parte de la anatomía porcina y saldrían varias receta de cada una de ellas. Empezando por la careta, el morro, torreznos (recuerdo unos especialmente en El Viso), panceta, lomo, solomillo, chuletas, el rabito, las manitas, toda la casquería, hasta la tripa para hacer los embutidos...y cómo no, la estrella internacional: el jamón, y si es ibérico 100%, no hay palabras, sólo se pueden oír aplausos.
Muchos son los detractores por parecerles una carne algo vulgar. Está claro que es difícil competir con un buen solomillo o chuletón de ternera o buey,  pero pese a ello, yo me incluyo en  el grupo de los muy fans.
Con todo lo que implica (pestazo en ropa y pelo),  es oír barbacoa y una sonrisa se dibuja en mi cara. Esas morcillas que estás repitiendo hasta el día del juicio final, esos choricitos picantes...estoy salivando... La panceta bien churruscadita. Será vulgar pero dudo que le hagan ascos cuando los embutidos son de buena calidad. O te presentan un Wellington en su punto.


De hecho, hice este plato para la cena de la pasada Nochebuena y no defraudó.

Bueno, y después de todo esto pensaréis, ¿Pero aquí no se habla de repostería? Pues como decía al principio, del cerdo hasta los andares. En repostería, sobre todo en estas fiestas, hay una parte del cerdo imprescindible: la manteca. Ya la usamos para hacer los ricos mantecados y hoy también haremos uso de ella para elaborar un  dulce que, he de decir, no puede faltar en mi casa. Es que me pierdo por uno de estos.

Morenitos y Nevaditos, que nadie se quede sin probarlos

Ingredientes: (para 50 und más o menos)

- 300 gr de manteca de cerdo a temperatura ambiente
- 660 gr de harina
- 180 gr de vino blanco
- 9 cdtas de azúcar blanco
Y para las coberturas
- azúcar glas
- chocolate para fundir
- mantequilla

Elaboración:


Primero precalentamos el horno a 180°C


En un bol grande ponemos todos los ingredientes


Y lo mezclamos bien con una espátula



Pero realmente con mejor se hace es a mano. Hay que amasar bien hasta conseguir una masa compacta, elástica y suave al tacto.


Lo mejor es hacerlo sobre la mesa. No es necesario enharinar la superficie ya que se amasa muy fácilmente y no se pega



Para hacer nuestros dulces, tomamos una porción de la masa, la estiramos con el rodillo hasta conseguir un grosor de 1,5 cm




Cortamos las pastas con un cortador de 4 cm



Horneamos unos 18 o 20 minutos o hasta que empiecen a dorarse. Yo saco uno del horno y lo corto: dependiendo de si el centro está cocido o no, horneo unos minutos más.



Enfriamos sobre una rejilla



Para hacer los Nevaditos, los rebozamos por azúcar glas y sacudimos el exceso. También podemos espolvorear por encima con un tamiz o colador



Para hacer los Morenitos fundimos el chocolate con la mantequilla en el microondas o al baño María. En el primer caso, hacedlo un par de minutos como mucho y comprobad. El chocolate nunca debe burbujear


Con unas varillas, emulsionar bien el chocolate, mezclando con las varillas, del centro hacia fuera


Bañar las pastas, como se pueda: con dos cucharillas, pinchándolo con una brocheta, la técnica no es importante. Lo realmente importante es que no haya exceso de chocolate.



Enfriadlos en nevera si no podéis esperar y comed  con moderación.  Es altamente adictivo, al menos para mí.


Y como es Nochebuena, y os habéis portado bien, de regalo os propongo otra receta.

Hojaldrinas ( para unas 25 piezas)

Ingredientes:

- 200 gr de manteca de cerdo a temperatura ambiente
- ralladura de dos naranjas
- 3 cdas de zumo de naranja
- 2 cdas de vino blanco
- 1 cda de azúcar glas y algo más para espolvorear
- 300 gr de harina

Elaboración:

Colocamos todos los ingredientes, menos  la harina, en un bol. Lo mezclamos bien con una espátula o lengua de gato.
Añadimos la harina y la integramos. Podemos acabar de hacerlo a mano.
Lo pasamos a una mesa y lo acabamos de amasar allí.
Hacemos una bola, la cubrimos con film y la refrigeramos. ( Yo la he dejado  5 horas por motivos laborales,pero con dos o tres es suficiente).
Precalentamos el horno a 180°C.
Cubrimos una bandeja con papel de hornear.
Cogemos la masa de la nevera y la ponemos entre dos papeles de hornear y estiramos la masa.



Retiramos el papel superior y plegamos la masa.



Volvemos a cubrir la masa y la volvemos a estirar.



Retiramos de nuevo el papel superior y volvemos a plegar.



Volvemos a cubrir y de nuevo estiramos la masa.
En total debemos hacer tres pliegues.
En el último estirado debemos dejarla de  2 cm., aunque yo la de dejado más bajita (para agilizar el horneado, por motivos laborales).



Cortamos la masa, la pasamos a la bandeja y la horneamos unos 30 minutos o hasta que esté dorada.



Las sacamos del horno y las pasamos a una rejilla para que se enfríen.




Las espolvoreamos con azúcar glas y si podemos, nos resistimos a comernos una. Desprenden un aroma a naranja tan rico...




La Navidad es un momento maravilloso del año por todo lo que representa: en primer lugar porque celebramos el nacimiento de Jesús y luego porque se reune la familia. Para muchas personas es muy dolorosa porque, precisamente, ya no se pueden reunir todos, pero es muy importante celebrarla y disfrutarla con los que sí estamos y disfrutar de hacer juntos estos dulces, porque lo que se recuerda siempre es eso: los momentos que compartimos y si es haciendo recetas tradicionales mejor que mejor, no dejamos que se pierdan.



Feliz Navidad a todos.
Hasta el próximo dulce y... Bon profit.




viernes, 20 de diciembre de 2019

Cuando me miro, veo un elfo

Ya estamos casi, casi en Navidad. He de decir que este diciembre me ha pasado volando y no he sido consciente hasta hoy, que en menos de una semana estaremos festejando la llegada del Mesías. Y yo sin encender el horno. ¡ Con todo lo que quiero hacer!
Este año me he propuesto no comprar ni un dulce navideño. Todo cuanto ponga en la  mesa quiero elaborarlo yo. No sé si estará mejor o peor, pero os aseguro que está hecho con  mucho más amor. Además, he pensado que sería un buen regalo de Navidad, un regalo propio de los Elfos, porque en verdad, creo que soy un Elfo.....

El año pasado, por circunstancias de la vida, estuve de baja durante cuatro meses y coincidió con estas fechas. Como tenía taaaaanto tiempo libre, pensé en ocupar mi mente y mis manos en algo productivo: así que me fui a una mercería que hay en mi calle, Cuqui Valentina, y me compré unas agujas y lana para tejerme un "cuello" de punto. Allí conocí a su propietaria, Silvia, que me comentó que si quería, podía ir allí a clases  de ganchillo, y me mostró alguna que otra prenda. Me impresionó tanto que, una vez terminada mi labor, me inscribí.
Ese día me sentí como una colegiala el primer día de clase. Llegué, compré lana y un ganchillo adecuado y me presenté a la profesora, Kathya , un prodigio del ganchillo (como bien he descubierto con el tiempo) y al resto de compañeras. Tomé asiento y esperé mi turno ( la clase suele ser personalizada puesto que, aunque somos cinco o seis alumnas, cada una tiene un nivel y una labor diferente, salvo ocasiones en que se realizan cursillos de labores comunes).

- ¿Sabes hacer algo de ganchillo? Me preguntó cuando se acercó a mí.
- Cadeneta - dije yo - aunque  ahora mismo no recuerdo nada.
Y era cierto. Estaba tan nerviosa que no sabía ni cómo sujetar el ganchillo y me sudaban tanto las manos que la lana apenas corría a través de mis dedos. Pero con unas breves indicaciones y viendo cómo lo hacía ella, enseguida cogí confianza y comencé a tejer.
Las dos horas se me pasaron volando y me fui a mi casa más feliz de lo que hubiera imaginado.
Aquella noche acabé mi primer trabajo y al día siguiente regresé a por más lana.
Se me había ocurrido una idea: aquello sería mi regalo de Navidad. Todos los años celebramos la Navidad comiendo con la familia paterna de mi marido, Ramón, y este año, teniendo tanto tiempo libre podría hacerles un detalle a los niños.
Y así fue, en una semana ya tenía terminados todos los regalos de los niños, 6 para ser exactos.



No daba crédito y la verdad ahora lo pienso y me da vértigo. Cómo en una sóla semana fui capaz de hacer todo eso.
Cuando regresé a clase la semana siguiente, Kathya me preguntó si había terminado el cuello que empecé en la clase anterior, y cuando le dije que sí, y que había vuelto a por más y todo cuanto había hecho se quedó petrificada, igual que si hubiera mirado a un basilisco. No se lo podía creer, así que me enseñó variaciones de ese punto y ya di rienda suelta a mi imaginación. Se abrió todo un mundo ante mí, y bien que lo aproveché... Decidí hacer regalos para todos los que compartirían mi  mesa esa Navidad...





y así me convertí en Elfo.




Así que este Elfo os va a obsequiar con una receta navideña

MANTECADOS DE ALMENDRA

Ingredientes (para 50 und aproximadamente)

- 500 gr. de harina
- 250 gr. de azúcar
- 250 gr. de almendra molida
- 250 gr. de manteca de cerdo
- azúcar y canela para espolvorear


Elaboración


Primero precalentamos el horno a 180°C.
Preparamos una bandeja de horno con un papel vegetal, o lámina de silicona...

En un bol grande mezclamos la manteca y el azúcar


Tamizamos la harina en otro bol y añadimos la almendra molida

Lo añadimos al bol grande y mezclamos. Podemos hacerlo con una cuchara de madera

Pero lo mejor es amasarlo a mano

Es una masa un poco costosa de trabajar porque parece que se va a desmoronar.

Al final se vuelve algo más consistente, pero mi recomendación es que la amases bastante para que la almendra suelte algo de su aceite y sirva, junto a la manteca, de aglutinante.

A la hora de formar las pastas, lo ideal es coger una pequeña porción de la masa y estirar con un rodillo, con sumo cuidado ya que se suele adherir a este. Si esto ocurre, que no cunda el pánico, es normal. Yo utilicé un cortapastas redondo con borde rizado de 6 cm.

Con mucho cuidado las transferimos a la bandeja de hornear.

Se espolvorea con una mezcla de azúcar y canela

Y se hornea entre 15 y 18 minutos. Es mejor no esperar a que se doren (como me ha pasado a mí)

Cuando los sacas, aún humeantes son muy frágiles y están blanditos, pero cuando se enfrían se endurecen.



  Para enfriarlos, es conveniente pasarlos a una rejilla, pero con mucho cuidado de no romperlos.

Espero que los hagáis. Es tan sencillo,  tan rico y tan nuestro...

Viva la Navidad, viva los elfos.

Hasta el próximo dulce y... bon profit!