martes, 27 de agosto de 2013

Tengo el corazón contento...

... y no se trata de la canción que popularizó Marisol. Es que lo tengo contento de verdad y cada vez más.

Hace un tiempo (el pasado año) unos buenos amigos de Guardamar me dijeron que se casaban...pues bien, hace un mes, aproximadamente,  otros buenos amigos, de Benidorm, han hecho lo mismo. Se casan! Y eso me pone el corazón contento.

Ya se que los tiempos han cambiado y que no hace falta firmar un contrato para quererse, pero soy una romántica, qué le voy a hacer.

Hubo un tiempo (remoto) en el que no me gustaban las bodas. Era algo así como una obligación que te imponían tus padres... pero ahora es distinto. ahora me invitan directamente a mí ( y a mi chico, claro). Ahora en las invitaciones no voy como "...y familia", sino con mi propio nombre, y eso cambia las cosas.
Ahora se casan mis amigos y es para mí un placer ser partícipe de su felicidad y sobre todo un honor que me tengan en cuenta para, algo tan íntimo como  es, su declaración de amor y compromiso.

Da igual dónde lo hagan, cómo lo hagan, lo importante es que se aman y quieren dar un paso más en su relación.

No lo puedo evitar.., se me pone el corazón contento cada vez que me dicen que se casan (ya han pasado por la Vicaría bastantes amigos...y los que quedamos por pasar, porque una servidora espera hacerlo algún día).

...Y cuando se me pone el corazón contento no puedo evitar acordarme de un postre que también me alegra el corazón, pero por otro motivo: su nombre hace que se dibuje en mi rostro una sonrisa. Y no me preguntéis por qué, porque ni yo misma lo se... simplemente me hace gracia.



CLAFOUTIS aux cerises
Del libro "Pasteles, pastas,galletas, merengues, tartas, panes dulces y salados" de Caroline Bretherton

INGREDIENTES:

- 750gr de cerezas
- 3 cucharadas de kirsch (licor de cerezas)
- 75 gr de azúcar
- mantequilla para engrasar
- 4 huevos grandes
- 1 cucharada de vainilla
- 100 gr de harina
- 300ml de leche
- una pizca de sal
- azúcar glas para decorar

ELABORACIÓN:

Deshuesar las cerezas.



Ponerlas a macerar en un bol, con el kirsch y dos cucharadas de azúcar.



Dejar 30 minutos.
Precalentar el horno a 170º y engrasar un molde de 25cm de diámetro.



Tamizar la harina y reservar.
Colar el kirsch  sobre un bol grande. Reservar las cerezas.



Añadir al kirsch los huevos y la vainilla y batir bien hasta que se mezcle bien.



Agregar el azúcar y mezclar bien.



Añadir la harina poco a poco.



Verter la leche, añadir la sal y batir hasta que la mezcla sea homogénea.



Colocar las cerezas en el molde.



Verter poco a poco la mezcla, procurando no mover las cerezas.






Hornear de 35 a 40 minutos  o hasta que la superficie esté doradita.



Dejar enfriar sobre una rejilla, desmoldar y espolvorear con azúcar glas.




Esta tarta de origen francés  no deja indiferente a nadie: o no te gusta nada, o te encanta.
Pero sólo lo puedes saber si la pruebas, así que desde aquí te animo a que la hagas y... aprovecha, que la temporada de cerezas está a punto de acabar!



Por cierto, en un par de semanas nos vamos de boda... unos amigos de la Agrupación Musical de Guardamar se nos casan, también.
¡ Felicidades Vero y Antonio!


Hasta el próximo dulce y..

Bon profit!

P.d.: perdonad por estas "vacaciones bloggeras", pero he tenido ( y sigo teniendo) un agotador verano de trabajo y unos meses de julio y agosto repleto de cumpleaños, con sus respectivas tartas.