Este año me he propuesto no comprar ni un dulce navideño. Todo cuanto ponga en la mesa quiero elaborarlo yo. No sé si estará mejor o peor, pero os aseguro que está hecho con mucho más amor. Además, he pensado que sería un buen regalo de Navidad, un regalo propio de los Elfos, porque en verdad, creo que soy un Elfo.....
El año pasado, por circunstancias de la vida, estuve de baja durante cuatro meses y coincidió con estas fechas. Como tenía taaaaanto tiempo libre, pensé en ocupar mi mente y mis manos en algo productivo: así que me fui a una mercería que hay en mi calle, Cuqui Valentina, y me compré unas agujas y lana para tejerme un "cuello" de punto. Allí conocí a su propietaria, Silvia, que me comentó que si quería, podía ir allí a clases de ganchillo, y me mostró alguna que otra prenda. Me impresionó tanto que, una vez terminada mi labor, me inscribí.
Ese día me sentí como una colegiala el primer día de clase. Llegué, compré lana y un ganchillo adecuado y me presenté a la profesora, Kathya , un prodigio del ganchillo (como bien he descubierto con el tiempo) y al resto de compañeras. Tomé asiento y esperé mi turno ( la clase suele ser personalizada puesto que, aunque somos cinco o seis alumnas, cada una tiene un nivel y una labor diferente, salvo ocasiones en que se realizan cursillos de labores comunes).
- ¿Sabes hacer algo de ganchillo? Me preguntó cuando se acercó a mí.
- Cadeneta - dije yo - aunque ahora mismo no recuerdo nada.
Y era cierto. Estaba tan nerviosa que no sabía ni cómo sujetar el ganchillo y me sudaban tanto las manos que la lana apenas corría a través de mis dedos. Pero con unas breves indicaciones y viendo cómo lo hacía ella, enseguida cogí confianza y comencé a tejer.
Las dos horas se me pasaron volando y me fui a mi casa más feliz de lo que hubiera imaginado.
Aquella noche acabé mi primer trabajo y al día siguiente regresé a por más lana.
Se me había ocurrido una idea: aquello sería mi regalo de Navidad. Todos los años celebramos la Navidad comiendo con la familia paterna de mi marido, Ramón, y este año, teniendo tanto tiempo libre podría hacerles un detalle a los niños.
Y así fue, en una semana ya tenía terminados todos los regalos de los niños, 6 para ser exactos.
No daba crédito y la verdad ahora lo pienso y me da vértigo. Cómo en una sóla semana fui capaz de hacer todo eso.
Cuando regresé a clase la semana siguiente, Kathya me preguntó si había terminado el cuello que empecé en la clase anterior, y cuando le dije que sí, y que había vuelto a por más y todo cuanto había hecho se quedó petrificada, igual que si hubiera mirado a un basilisco. No se lo podía creer, así que me enseñó variaciones de ese punto y ya di rienda suelta a mi imaginación. Se abrió todo un mundo ante mí, y bien que lo aproveché... Decidí hacer regalos para todos los que compartirían mi mesa esa Navidad...
y así me convertí en Elfo.
Así que este Elfo os va a obsequiar con una receta navideña
MANTECADOS DE ALMENDRA
Ingredientes (para 50 und aproximadamente)
- 500 gr. de harina
- 250 gr. de azúcar
- 250 gr. de almendra molida
- 250 gr. de manteca de cerdo
- azúcar y canela para espolvorear
Elaboración
Primero precalentamos el horno a 180°C.
Preparamos una bandeja de horno con un papel vegetal, o lámina de silicona...
Tamizamos la harina en otro bol y añadimos la almendra molida
Lo añadimos al bol grande y mezclamos. Podemos hacerlo con una cuchara de madera
Pero lo mejor es amasarlo a mano
Es una masa un poco costosa de trabajar porque parece que se va a desmoronar.
Al final se vuelve algo más consistente, pero mi recomendación es que la amases bastante para que la almendra suelte algo de su aceite y sirva, junto a la manteca, de aglutinante.
A la hora de formar las pastas, lo ideal es coger una pequeña porción de la masa y estirar con un rodillo, con sumo cuidado ya que se suele adherir a este. Si esto ocurre, que no cunda el pánico, es normal. Yo utilicé un cortapastas redondo con borde rizado de 6 cm.
Con mucho cuidado las transferimos a la bandeja de hornear.
Y se hornea entre 15 y 18 minutos. Es mejor no esperar a que se doren (como me ha pasado a mí)
Cuando los sacas, aún humeantes son muy frágiles y están blanditos, pero cuando se enfrían se endurecen.
Espero que los hagáis. Es tan sencillo, tan rico y tan nuestro...
Viva la Navidad, viva los elfos.
Hasta el próximo dulce y... bon profit!
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