Salid a la calle!
Haced pancartas!
Sublevaos!
Ya se me empieza a alterar la sangre y eso que todavía no es primavera....
Para muchos restauradores la nata montada y los siropes de caramelo y chocolate son el culmen de la sofisticación y el virtuosismo decorativo. Para mí, simplemente es otra forma de arruinar lo que, a priori, puede ser un gran postre.
Me encantan los dulces, pero odio la nata, me da un asco que me muero.
Pero qué manía es esa. Si no está en la carta, y no se trata de parte del propio postre, por favor, no lo pongan.
Prefiero la minimalista desnudez, a la aberrante abominación del pegote/rosetón/espiral/montaña de nata montada sobre un minúsculo postrecillo flotando sobre un sucedáneo de chocolate.
Imaginaos la situación:
Un restaurante. Nos acaban de retirar el segundo plato y el amable camarero, con su forzada sonrisa, nos pregunta: -¿quieren algo de postre?- y yo: - Dos brownies, por favor- (baja instantáneamente la cabeza y empieza a escribir), - uno de ellos sin nata, si es posible- digo con cara de pena para no herir la sensibilidad del creativo cocinero. Súbitamente, el camarero deja de escribir, vuelve a subir la cabeza, me mira con estupefacción, (como si yo fuera un mosquito fosilizado en ámbar), vuelve a agachar la cabeza, garabatea algo en su libreta y se marcha a la cocina, ya sin su forzada sonrisa (como si le fuera la vida en ello).
Al poco tiempo regresa a la mesa con dos platos. Deja, sonriendo, uno de ellos, con tal cantidad de nata que el pobre brownie parece una piedrecilla a los pies del Anapurna, coronado de sirope. Después, con cara de dejar limosna, me plantifica mi brownie huérfano, tal y como lo había pedido. - Gracias-, le digo. Asiente y se marcha.
Puede ser que parezca exagerado, pero realmente en muchos sitios parece una ofensa que les digan lo de la nata. Pues a mí no me gusta que me la pongan, sobre todo si está en contacto.
No me malinterpretéis: no soy tan quisquillosa como para hacer que se lleven el plato, simplemente aparto lo que no me gusta, o se lo acaba comiendo mi ( resignado) novio.
A veces pienso que tratan de enmascarar, con otros sabores, algo que no está realmente bueno. Si es esa la razón, pues venga! A mejorar, que para eso estamos. Para aprender cada día algo nuevo. Esa es una de las maravillas de la vida. El constante aprendizaje, la superación personal...
En pro de la pureza del sabor, por favor señores restauradores-reposteros: la mejor presentación de un postre es el propio postre, su sabor y la calidad de sus ingredientes. No necesitan más. Pero si se sienten inspirados, no pongan nada que modifique la textura ni el sabor. No pongan nada que deje residuos.
He dicho
Y para reafirmarme, hoy os dedico un postre que en un 95% de las veces lo acompañan de nata montada y sirope.
CRÊPE à la crème de NOISETTE (con Nutella, vamos)
Ingredientes:
Salen unos 12 . Si creéis que son muchos, o reducís la receta, o podéis conservar la masa, sin cocer, en el frigorífico para otra ocasión.
- 250gr de harina, tamizada
- 3 huevos
- 1/2 l. de leche
- 50 gr de mantequilla derretida
- una pizca de sal
- aroma a elegir (un chorrito de licor o similar)
Elaboración:
Se derrite la mantequilla.
Se mezcla la harina con la sal y se añade, poco a poco, la leche mezclando bien, evitando que salgan grumos.
Se baten los huevos y se añaden.
Se añade la mantequilla
Se añade un chorrito (o chorretón) de licor: ron, Cointreau, Calisay...el que más os guste.
Si la masa resulta con grumos, se puede pasar por un chino y la dejamos reposar una media hora en el frigorífico
Una vez la masa reposada, procedemos a la elaboración de los crêpes. Para ello necesitamos una sartén crepera (si no la tenéis, utilizad una normal, no pasa nada).
Ponemos un poco de mantequilla o aceite en la sartén. Retiramos el exceso con una servilleta y añadimos la masa con un cazo de servir.
Esparcimos la masa por toda la superficie. Deben de quedar bien finitos. Esperamos a que se cueza unos segundos y les damos la vuelta (al aire, con los dedos, con una espátula...como os apañéis mejor.
Para el siguiente crêpe, proceded de la misma forma: un poco de aceite, retirar el exceso, verter la masa....
Y así sucesivamente hasta acabar con ella.
Los podéis tomar dulces o salados. Los rellenos pueden ser muy variados, según os sintáis de golosillos.
En este caso los he rellenado de Nutella. Como es muy densa, mientras se hace por el otro lado, ponemos una cucharada (o dos, o tres) de Nutella en el crêpe. Esperamos a que de derrita un poco, lo pasamos a un plato y lo enrollamos, o lo doblamos formando un triángulo.
Está buenísimo y lo puedes tomar a cualquier hora del día: como postre, de merienda...(yo lo he tomado en el desayuno)...pero de cualquier forma y a cualquier hora está exquisito.
Bueno después de desahogarme con vosotros, (y continuar resignada, porque poco puedo hacer al respecto) solo me queda por decir: Feliz Día del Padre, Felices Fallas a los valencianos y muchas felicidades a los Josés y Josefas.
Hasta el próximo dulce y...
Bon Profit!
Jajaja....me ha encantado la entrada! Has reflejado tu "indignación" a la perfección, pero qué razón tienes. A mi me pone de los nervios cuando pido un flan de la casa...qué manía con la nata! Paciencia y ánimo! Por cierto, los crepes tienen una pinta estupenda!
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado. Es cierto, estoy indignada pero acepto con ánimo la resignación. El crepe estaba buenísimo....Un beso
EliminarOLE, OLE y OLE!!!! jejejeje
ResponderEliminarVeo que no soy la única en el mundo mundial a la que no le gusta la nata y especialmente como "guarnición" en un postre!!!! Así que te comprendo al 200%!! jejejeje
Que manía más grande que tiene todo el mundo!!
Eso si, los crepes los probaré (sin nata, por supuesto) y ya te diré!! jejeje
Besos
Somos más de los que creemos. Y para muestra un botón.
EliminarGracias por dejar tu comentario, hace que siga con más ganas.
Te lo recomiendo, están de muerte!
Un saludo